Una de las tareas pendientes que se nos suele resistir como personas, como seres sensibles, es el saber contemplar. Entrenar la vista, la paciencia o el entendimiento se nos plantea como una pausa necesaria ante la celeridad de la rutina.
Animales invisibles nos abre, a través de seis historias con seis criaturas figuradas, un puente entre la imaginación y la calma.
Porque mirar distinto es mirar con ganas.