Librería AENEA ofrece libros que potencian el gusto por la lectura, el deseo de saber más, de alcanzar un mayor conocimiento sobre la realidad personal y social. Además va más allá de las estanterías para dar cabida a un área de taller.

ENTREVISTA EN NERELECTRICO´S BLOG

...Seguimos nuestra ruta y para ello volvemos a salir de la mágica zona vieja. Vamos en busca de la Librería Aenea, un rosal de palabras e ideas arrinconado entre supermercados y tiendas de informática. Inaugurado hace diez años, su propietaria Lola Puerta defiende con su librería “una visión holística del ser humano”, el hombre como un todo en el que todo se integra: cuerpo, alma, conocimiento… Por esta idea, su catálogo es muy variado en el que se puede encontrar las obras de la filósofa María Zambrano, el último best seller de Federico Moccia, obras sobre nutrición, ciencia, agricultura… en definitiva obras “que aportan cosas”.

“Ofrecer un servicio de que cada quien encuentre lo que busca”, afirma Lola Puerta. Una forma, por así decirlo, de ayudar al encuentro entre el libro y su lector. Frente a las grandes librerías, “la función de una librería pequeña es ser claro con su filosofía” nos comenta la librera, que nos hace sentir con su serenidad que estamos en una botica para el espíritu donde no sólo puedes mirar tú solo por los estantes sino que además puedes pedir consejo y orientación sin temor a que un librero ocupado y nervioso te estrese forzando la compra.

Un lugar nuevo, joven, de esos “espacios que invitan a la creatividad”, y es que la librería no sólo está formada por el escaparate y las estanterías llenas de libros, sino que al fondo, tras una puerta que los clientes superficiales confundirían con el almacén, Lola Puerta ha habilitado uno de esos espacios para la creatividad. No es más que una sala amplia y luminosa, sin muebles, sin cuadros ni espejos. Vacía, para que el que tenga una buena idea pueda llenarlo de fotografías, de danza, de pintura, de cuentacuentos, de Yoga, de Tai Chi… de todo aquello que, junto al libro, ayuda a crear bienestar y salud en cuerpo, mente y alma.

Librerías y farmacias están para remediar las almas y los cuerpos”, afirma Pedro Lozano Bartolozzi en su simpático artículo "Libros y boticas". Al finalizar este breve recorrido por estas librerías uno llega a sentir una leve tranquilidad interior, la tranquilidad de que entre todo el ruido aún quedan pequeños o grandes lugares de paz donde el silencio habla, llámense librerías o llámense bibliotecas.Bibliotecas, hospitales del alma.

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