Librería AENEA ofrece libros que potencian el gusto por la lectura, el deseo de saber más, de alcanzar un mayor conocimiento sobre la realidad personal y social. Además va más allá de las estanterías para dar cabida a un área de taller.

Taller: La casa de Asterion


 
“Las puertas de mi casa están abiertas día y noche a los hombres y también a los animales. Que entre el que quiera. No hallarán pompas ni boatos … pero sí la quietud y la soledad.
Hallarán una casa como no hay otra en la faz de la tierra….
Mi casa es del tamaño del mundo; mejor dicho, es el mundo” (J-L-Borges “La casa de Asterion”)
“Caí en la cuenta de que uno solo representa un papel y ese papel que representa, sea el que sea, es un Laberinto. Tal vez eso sea todo lo que hay que aprender…”
(Febres Cordero “El último minotauro”)
En este encuentro tendremos ocasión de adentrarnos en el Laberinto que es la Casa de Asterion… explorarla, recorrerla, encontrarnos con los diferentes personajes que la habitan y, sobre todo, explorar los papeles que representamos cuando entramos en ella.
Qué sucede en mí cuando soy Teseo o Ariadna o el mismo Minotauro.
Qué otros personajes aparecen y hacia qué caminos me llevan…
La Casa está siempre abierta. Somos bienvenidos.
¿Entramos?
 
 Acompañan Sara Chacón y Feli Estévez, Caminantes
 
información: aenea@aenea.es Tfno: 981 572 567
 
 

 La mayoría de nosotros ni siquiera sabíamos que el minotauro tenía nombre... Ser un monstruo es ya, de por si, una identidad.
Asterion se encontró, sin comerlo ni beberlo, viviendo en una mansión-cárcel por el mero hecho de haber nacido.
(los hijos pagan por los pecados de los padres)
Para mi, hasta hace relativamente poco, el Minotauro era "el malo de la película", el monstruo frente al que hay que luchar. Y vencer. Ya no.
Aprendo a mirarlo con otra mirada.
El mora en el Centro de mi laberinto, el lugar íntimo, donde escondo lo que solo yo (o ni siquiera yo) puedo saber.
Solo, escondido, condenado.
No el malo sino el inocente. Si hubiera malos en esta historia serían sus padres o quien lo encerró o quien lo mantiene encerrado.
Entrar en la Casa de Asterion al encuentro del Inocente Monstruo (a los ojos humanos) y abrazarlo.
Entrar...

 
Ariadna es menos conocida que su famoso hilo.
Podría parecernos una paciente damisela esperando el regreso del héroe para ser rescatada.
Nada más lejos de esta mujer resuelta a buscarse la Vida que ve pasar a su lado la oportunidad, en forma de Teseo, y la toma al vuelo.
Ella sabe: Sabe que lo más difícil de la misión de Teseo no es entrar en el laberinto y matar al Minotauro, con todo lo difícil que es, sino encontrar el camino de regreso y salir.
También sabe a quién recurrir para urdir un plan y ayudar al héroe a conseguirlo.
Y lo hace.
Y, una vez hecho lo suyo, espera y confía.
No en su casa, cómoda y tranquila, sino al pie del laberinto. Disponible y atenta.
La otra cara del héroe, su vínculo con la vida y la libertad.
Ariadna, la que mantiene la conexión Afuera - Adentro.
La esperanza como reto y tarea.
Permanecer...
 
 
Una vez, es cierto, quise ser héroe. Hice muchas cosas (hazañas) para lograrlo.
Fue el héroe, el príncipe arrogante, quien se acercó a Creta, al laberinto: yo, El Salvador.
El héroe duró hasta la primera curva del camino, una vez dentro del laberinto.
Fue despareciendo en cada paso, en cada sombra, en cada vuelta del camino interminable. El héroe fue cayéndose a pedazos hasta morir en el centro del laberinto, en los brazos de Asterion.
Murió el héroe y murió el monstruo.
El hombre que se puso en pie, con la mano aún aferrando el hilo, era de carne.
El camino de regreso me fue dando cuerpo y recordando mi nombre.
El hombre que salió por la entrada del laberinto era Teseo.
Humano. Con ese cordón que le mantiene unido a la Vida.
 

Soy Dédalo el arquitecto y artesano.
¿Tienes un objetivo? Soy el camino.
Me gustan los retos. Soy trabajador, imaginativo, inteligente y listo. Astuto pero también cobarde.
Si tienes un problema, Dédalo es tu hombre. Sobre todo, si eres poderoso. Sobre todo si eres un dios o quieres vencer a un dios.
Encontraré el camino para que consigas tu propósito y si no hay camino lo construiré porque, en realidad, Yo soy el camino. Y soy MUY bueno.
¿Mi perdición? Nada me basta, nunca nada es suficiente. Porque busco la gloria de un dios.
Preso de la vanidad y la soberbia me quedo solo y apátrida
aun admirado, aun tocando las estrellas con las puntas de los dedos.


 
A Minos no le basta con ser rey de Creta y saberse hijo de Zeus. Quiere que todos lo sepan y vean su poder y le admiren y veneren.
Es presa de hybris. La soberbia, vanidad y desmesura que tanto desagrada a los dioses, haciéndose así merecedor de su castigo.
Asterion es su vergüenza, la venganza de los dioses a su vanagloria. Es "padre" de un monstruo. Insoportable.
Minos es soberbio pero miedoso. Quisiera matar a quien es objeto de su vergüenza pero teme a los dioses.
Por eso, en vez de matarlo, lo encierra y lo alimenta, acrecentando su fama tanto que todos le conocen, ya para siempre, como el Minotauro, el toro de Minos.
¿Quieres construir un muro tras el cual esconder tus secretos más oscuros y vergonzantes? Minos.